NADAL Y SUS TENDONES ROTULIANOS

DICE SU MÉDICO DE CONFIANZA, doctor Cotorro “…Ha tenido un tratamiento muy intensivo, que creo que hay que seguir y después con reposo y trabajo de fisioterapia y de potenciación muscular será suficiente para que Rafa vuelva a jugar al máximo nivel",
DICE EL PROPIO RAFA. “El problema ahora mismo es que estoy jugando pensando más en las rodillas que en el partido y así es muy difícil jugar. Llevo ya nueve meses jugando con dolor en la rodillas y uno va haciendo esfuerzos semana tras semana…", comentó.
Ecográficamente es evidente que Nadal tiene una preciosa tendinitis crónica. Esta lesión, ‘ecografiada’, diagnosticada y tratada desde la facultad de medicina (inflamación crónica del tendón, en el caso de Nadal el rotuliano, todavía más: ambos tendones rotulianos), por ejemplo, es una bicoca, porque además no escatima en medios. Rafa, por ejemplo, ha viajado a Wimbledon - en un intento desesperado por seguir siendo un Hombre- en avión privado y rodeado de máquinas por todas partes menos por una, el doctor Cotorro.
Observen ahora las negritas de arriba: coincidirán conmigo en que reflejan la lógica consecuencia de un deportista ejemplar... y de alto rendimiento. Un joven preocupado por su carrera, que potenciará lo que sea menester cuando el Doctor Cotorro se lo pida… Rafa piensa en sus rodillas, los médicos piensan en sus rodillas, su familia piensa en sus rodillas, y gracias a las preciosas cintas blancas que sujetan sus tendones en cada partido y que en Wimbledon, ¡lástima!, hubieran hecho juego con la cinta blanca del pelo, todos podemos estar junto a él en sus pensamientos… y en sus rodillas.
Me cuentan, de buena tinta, un posible futuro de Rafa desde este enfoque médico, tan preocupado por el bienestar de sus tendones rotulianos. Nadal descansará, potenciará, se cuidará, se aplicará todo tipo de métodos antiinflamatorios por todo tipo de vías, se entrenará, se esforzará, se preocupará… Por supuesto, su familia y amigos estarán junto a él, le cuidarán mucho, le preguntarán todos los días por sus frágiles rodillas y sus (gorditos) tendones, lógicamente lo llevarán haciendo desde que el dolor se hizo crónico y acampó en el entorno. El hielo y las máquinas seguirán siendo, como siempre, parte del paisaje. Incluso imagino a Xisca, esa futura licenciada, desvelada junto a las rodillas de su amado, tan importantes para él como ella, tan importantes para ella como él.
Si esto sucede así, créanme (la tinta, la tinta…) que el dolor se tomará un descanso pero volverá. Y cuando vuelva, el diagnóstico será evidente: “habrá que abrir esas rodillas y limpiarlas”. Y Rafa, preocupado por su carrera - y su entorno preocupado por él-, se mentalizará para una larga pero efectiva recuperación. La ecografía después será impecable; los tendones estarán para desfilar en Cibeles. Rafa se dispondrá entonces a dar el 100% en la recuperación: se esforzará, potenciará, se cuidará, se preocupará…Y por supuesto el entorno lo vivirá junto a él, le cuidará mucho, le preguntará todos los días por sus frágiles rodillas y sus (delgaditos) tendones. El hielo y las máquinas, seguirán siendo, como siempre, parte del entorno. Incluso imagino a Xisca, ya licenciada, desvelada junto a las rodillas de su amado… etc.
Si todo esto sucede así la inflamación volverá (¡la tinta, la tinta...!), y la cara de Rafa reflejará una gran amargura, que trasladará a ese entorno preocupado. Tal vez incluso piense en la retirada, e incluso llegue a preguntarse por qué a los demás no les duelen las rodillas como le duelen a él. Si lo hace, seguro que alguien le podrá consolar de una manera muy lógica y evidente: “chico, qué se le va a hacer: te ha tocado. Es tu constitución, son tus apoyos, es la genética, es tu manera de jugar…”.
Si mi confidente y su (insistente) tinta estuvieran en lo cierto, también me cuenta que existe un modo de atajar todo este proceso crónico en las rodillas de Rafa, antes de que le amargue su carrera deportiva para siempre. Se llama la Psico-Neuro-Inmunología, y es un enfoque científico que no se enseña en la facultad de medicina, porque abre muchos más cajones que el de la medicina química de finales del siglo xx. Es un enfoque que se olvidaría desde el primer momento de las rodillas de Nadal, y se centraría en Nadal como Ser Humano. Si mi confidente estuviera en lo cierto, la lesión de Rafa no estaría en las rodillas (tan operativas como las de Federer, faltaría más), sino en la alarma que la tendinitis mal curada le provocó en el sistema neurovegetativo.
Si mi confidente estuviera en lo cierto, habría que curar a Rafa, que es mucho más que dos mecánicas rodillas.

Comentarios

  1. Se nota que sabes de lo que hablas - de lectura muy recomendable, Paulo.
    Abrazo,
    Cifu

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  2. Bueno Pablo,
    Parece estar usted muy seguro de lo que dice.
    Confiemos que Nadal encuentre en su tan admirablemente bien armada cabeza, aquéllo que busca en sus rodillas.

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