DUDAS VERANIEGAS (y II)

GOLF
Fuera del campo: ¿tiene algún sentido que acabe siendo el golf un deporte olímpico, con los juegos insertados cada cuatro años justo en los meses en los que se disputan 3 de los 4 torneos del Grand Slam, o simplemente se trata de hacer pasar por los aros olímpicos a Tiger Woods como un nuevo embajador de diferentes razas y culturas al que todo el mundo ame, siga y compre?

En el campo: ¿Tiene alguna posibilidad en los próximos años Sergio García de liberar su mente en los últimos tres o cuatro hoyos del último día de un gran torneo, o seguirá pensando en que ese torneo lo tenía que haber ganado 5 años antes y su cara seguirá reflejando la angustia de quien todo lo tiene y sin embargo todo lo cambiaría por ese instante de gloria?

En la orilla: ¿Alguno de los 24 jugadores que acuden a la President's Cup (torneo surgido como copia de la Ryder en los años en los que no se disputa la Ryder) piensa ni tan siquiera un minuto en que está disputando un evento que será un clásico dentro de unos años, o por el contrario acuden a la cita dejando sus verdaderos pensamientos en casa... para no tener que quedarse ellos, que es lo que les gustaría?


ATLETISMO (perdón por la incursión)
Fuera del tartán: ¿Si el presidente de una federación puede considerar "Campeona del Mundo" por cuenta propia (Odriozola, Presidente de la Federación de Atletismo: "para mi, Natalia es la campeona del mundo, y la trataremos como tal"), a una atleta que ha sido lamentablemente descalificada de su prueba por cometer una ilegalidad en la carrera, no debería entonces el mismo presidente considerar, con la misma aleatoriedad, medallista a Manolo Martínez, 'nuestro gran Manolo', que tiene una mejor marca personal de 21 m. 67 cm, con la cual hubiera quedado medalla de bronce en esta edición?
(-"Ya, pero es que Manolo no llegó a la final". -"Ya, pero es que Natalia fue descalificada de la final...").

¿Ya que la valoración de un atleta y su consecuente beca deportiva, convertida en general en su único modo de supervivencia (escuchen bien, por favor, que un atleta jamás es “uno de esos futbolistas a los que el público acaba pidiendo ‘más cojones y menos millones’, o uno de esos baloncestistas que se crían en perfectas estructuras canteranas, no; un atleta, en la discutida España, y en la vieja Europa, generalmente no tiene más remedio que usar cada centímetro de más en sus saltos o cada segundo de menos en sus carreras para poder comprar las proteínas del día siguiente)… Ya que su valoración, decíamos, depende fundamentalmente del resultado que consiga en una prueba en la que representa (¡representa!) a su país; ya que sus victorias o derrotas acaban siendo celebradas o lloradas a partes iguales por aquel tendero, o este ingeniero, o por ése, o ése, o ése, y ése, y ése… político, pues su atletismo es de todos nosotros...
... no sería deseable y absolutamente democrático entonces poner en marcha un referéndum nacional para decidir el modo y la manera en la que el pueblo desea que ganen, o que pierdan, (¡y que consecuentemente vivan, oiga!), sus atletas de elite?


Y una última duda, que descubrimos en la red, absolutamente directa e intrigante:
“Pregunta: Si una lanzadora de peso pesa 110 kilos y es considerada atleta ¿puedo entonces afirmar que mi mujer tiene cuerpo de "atleta"? Si alguien tiene la respuesta, no le dejen con la duda a ese buen hombre...

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