NUNCA SE JUEGA A GUSTO DE TODOS


Llama la atención en estos días la cantidad de extrañas noticias. Todas ellas no entrarían en un breve deportivo serio, aunque con algunas debemos detenernos quizá un poco, no vayan a más.
Por ejemplo la del Staples Center. El extraño parón a falta de 4 minutos para el final del partido, con los Lakers perdiendo por veinte puntos ante los Cavaliers, en el partido estrella de lo que la NBA promociona como "Christmas Night". Esta jornada la forman 5 partidos en diferentes puntos del país, que la liga ha logrado convertir en un clásico de la tarde del día 25, con el consiguiente impacto en audiencias y marketing. Pero no se sabe muy bien por qué, a los aficionados de los Lakers se les cruzó un cable por primera vez en su historia (al menos que recordemos, sin ánimo de ser exhaustivos), y se pusieron a lanzar almohadillas y vasos de plásticos vacíos a la cancha. Los apenas 30 segundos que duró el absurdo episodio tendrán un eco importante, y a uno incluso le extraña que no se amplifique más. La NBA es el faro de un deporte -en la salud y en la enfermedad- y las cosas malas pueden llegar a ser muy malas. Unos imbéciles a destiempo pueden estropear el trabajo de muchos buenos ejecutivos durante mucho tiempo.
Cambiando de deporte, en el fútbol, nadie quiere estar contento. Los medios de comunicación españoles -suponemos que haciéndose eco de una necesidad real de los aficionados- aprietan para que se juegue al fútbol durante las fiestas poniendo como ejemplo lo que sucede en Inglaterra. Pero resulta que los ingleses tampoco están del todo de acuerdo con lo de entretener al personal. Ferguson declara hoy que llevan muchos años con esta tradición "absolutamente rídicula", y que desde 1986 "llevo diciendo que debe parar, pero no hacen nada al respecto".
No sé a que esperan los periodistas españoles para irse a trabajar a Inglaterra y Ferguson para venir a entrenar a un equipo español. Es el camino más corto hacia el entendimiento. Ya lo decía Messina: "debemos encontrar un punto en que todos veamos las cosas del mismo modo". Ettore el Iluso, lo llaman.
Y la guinda la pone un dóctor en psiquiatría de Zaragoza, con unas declaraciones en el diario Sport de Barcelona absolutamente propias de estas fechas tan entrañables, familiares y alegres: "El deporte profesional abona las enfermedades mentales", es el titular del 'villancico'. Cantemos, bailemos, ríamos... "Las situaciones a las que se expone a gente muy joven que no ha madurado lo suficiente a menudo desborda su capacidad para aguantar la presión sin romperse..."

Navidad, Navidad; extraña Navidad.

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