LA COPA HOPMAN DEPENDE DE QUIEN LA GANE


La noticia se escondió entre tantos eventos de importancia que cada fin de semana adornan nuestro deporte. El tenis español, o simplemente Tommy Robredo y María José Martínez individuos, lo que prefieran, obtuvieron el triunfo en la Copa Hopman, un evento fundado en 1989 y que en Australia se tiene en gran consideración, puesto que se puso en marcha en honor de Harry Hopman, jugador que en los años 40-50 participó en los triunfos de aquellos invencibles equipos de Copa Davis. Y no lo hicieron ante cualquiera. Tommy venció nada menos que a Andy Murray, para lograr un trofeo que España sólo obtuvo en dos ocasiones antes (año 91 con Emilio Sánchez Vicario y Arantxa, y en 2002 también con Arantxa y ya con Robredo), pero que por ejemplo tiene en sus vitrina Roger Federer, que lo ganó junto a Martina Hingins (Roger jamás ha conseguido ganar la Copa Davis, ya saben) o Boris Becker o Lindsay Davenport, por citar a los más renombrados; todos números 1 ATP o WTA en algún momento de sus carreras.
Lo que ocurre es que España ahora mismo es potencia deportiva de primera, y como tal vive fundamentalmente de los grandes acontecimientos y de los grandes héroes. Esto, tan alabado y mediático, no deja de tener su lado más oscuro. Se cometen agravios comparativos continuamente. Como el que hizo de una forma tan natural nuestro presidente del gobierno, cuando situó a Nadal por encima de sus compañeros campeones de la Copa Davis, se acuerdan: “Rafa, sé que me salto el protocolo, pero debo decírtelo; ánimo, te queremos, estamos contigo” (perdón si no es literal, pero el sentido no cambia). El tenis español ahora es Rafa; el baloncesto cada vez converge más hacia Gasol y hacia la selección; el fútbol siempre fue el Madrid y el Barça, con los demás casi siempre dando palmas. La Fórmula 1 es Alonso. Quizá todo empezó por culpa del fútbol.
Apuntamos una teoría comparativa al respecto, que solemos contrastar sin excesivo universo y que intuitivamente dice así: “En España, cuando alguien quiere montar un asunto relacionado con el deporte, suele fundar un equipo para que gane al resto. El Madrid y el Barcelona existieron antes que sus ligas, y son mucho más importantes que éstas. En los países anglosajones, normalmente, se monta la liga y los equipos se incorporan al proyecto. Este enfoque logra que a priori todos sean igual de importantes, que merezcan el mismo respeto. Además, consigue que la competición siempre esté por encima del individuo, o del equipo. Bajo este prisma, La Copa Hopman debería haber ocupado el mismo espacio en los medios independientemente de la pareja de representantes españoles... pero estarán conmigo en que ahora el importante es Rafa, no la Copa Hopman. Bajo este prisma no queda muy claro si Zapatero es un torpón sin remedio, o simplemente un español embobado ante el ídolo deportivo. Elijan.

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